5.8.10

Escribiendo la arquitectura

“Architecture, indeed the ultimate expression of materiality, must try to express what is not material, what cannot ever be material.”

Estas palabras sabias fueron escritas por Paul Goldberger, un crítico de arquitectura que además de tener un entendimiento impresionante de la disciplina, siempre encuentra las palabras para expresar ese conocimiento. Me considero muy afortunada de haber encontrado su libro Bulding Up and Tearing Down: Reflections on the Age of Architecture, como parte aguas para iniciarme en la carrera. Como lo muestra la cita anterior, usa constantemente la ironía para describir la arquitectura, y esto no es mera coincidencia, pues él sabe lo que dice. En este libro en específico (que es uno de los muchos que ha publicado), se muestran sus artículos escritos para la revista The New Yorker, en los que se aborda la arquitectura de Nueva York, la urbanización de ciudades como Las Vegas y Beijing, los edificios de los arquitectos superestrellas a través del mundo, entre otras cosas igualmente interesantes. Me da gusto saber que hay un artículo sobre el Modern Art Museum of Forth Worth, de Tadao Ando, pues es el museo que me hizo darme cuenta de que sí existen palabras para describir la atmósfera que crea un edificio… que esos sentimientos al llegar a ese lugar no sólo los sentí yo, sino que son casi universales. La diferencia es que él sabe describirlos. 





Modern Art Museum of Forth Worth, Tadao Ando,
2002, Dallas Forth Worth.



Otro de los artículos que me parece sumamente inteligente es uno que habla de la preservación de La Habana, de hecho, la preservación y restauración son las áreas de la arquitectura que más me interesan. Es triste bueno saber que el centro colonial de La Habana (conocido como La Habana Vieja) es respaldado por la UNESCO, pero, por otra parte, es triste saber que la arquitectura Art Nouveau y Art Deco no ha tenido la misma suerte, ¿quizá porque no es lo suficientemente antigua? En fin, hay algo mágico de La Habana cuando recorres su centro y mientras las recorría pensé que en esas calles parecía que el tiempo se había detenido hace muchos años. Sin embargo, Goldberger me corrigió, pues es cierto que los años reclaman su cauce mediante una cosa: el deterioro.



Gran Teatro de La Habana, Paul Belau, 
1838, La Habana.

Los dejo con unas palabras sabias de este prolífero arquitecto y crítico sobre la filosofía existencial del arte: 

“Art does not save the word, though it can make the word worth saving.”


Nota: No sólo tuve la oportunidad de visitar el Moder Art Museum of Forth Worth, sino ser expulsada de él también, pues resulta que unos de los T/A’s de UT se le ocurrió hacer “snow angels” en lo que representaba “el alma del amante de un artista”, es decir, una escultura que consistía dulces en el piso.

4.8.10

Arte temporal

El libro Atmospheres, que es realmente una plática del genio creativo Peter Zumthor, es muy especial para mí. El año pasado me lo regaló mi instructor del Summer Academy Program in Architecture de la Universidad de Texas en Austin (UT), Mike Smith, como reconocimiento por mi trabajo durante esas intensas cinco semanas. Lo leí en ese momento, pero ahora, después de un año, tiene un significado mucho más profundo para mí. Creo que tanto mi crecimiento personal como los libros han ayudado a que pueda apreciarlo de mejor manera. Regresando al tema de la belleza, Zumthor cita la frase platónica, “beauty is in the eye of the beholder”, lo cual, según lo establece, significa que “todo está en mí”. Es decir, nuestro carácter va a determinar lo que consideramos hermoso. Esto se puede relacionar claramente con The Architecure of Happiness porque, tanto Zumthor como De Botton son conscientes de que cada persona tiene su propia interpretación de la belleza. Peter Zumthor incluso establece que su objetivo final es “The Beautiful Form”, pues dice que si la forma de un edificio no logra moverlo, empieza su trabajo desde el principio.

Otra reflexión de Zumhtor que considero intregante es su concepción de que la arquitectura es un arte espacial (como la pintura y la escultura) y un arte temporal (como la música). La idea de la arquitectura como un arte temporal no es muy común, pero es completamente cierta. La arquitectura también se ocupa del movimiento, y dice que la función de un arquitecto no es direccionar a las personas, sino seducirlas. Un perfecto ejemplo son los Thermal Bath Vals.


Thermal Baths Vals, Peter Zumthor, 
1996, Vals Graubünden

Creo que este libro es un punto de partida muy interesante. Admiro la forma sincera y aterrizada de Zumthor para expresarse, así como la pasión que le inspira su trabajo. Su apreciación por las cosas cotidianas y aparentemente corrientes es un ejemplo de la sensibilidad que nuestra sociedad actual ha perdido para apreciar nuestro mundo y celebrar la vida.

3.8.10

La felicidad a través de la arquitectura

The Architecture of Happiness, de Alain De Botton, al contrario de lo que pensé la primera vez que escuché el título, no es libro de autoayuda, sino un libro que aborda la función y el impacto de la arquitectura desde un punto de vista filosófico. El hecho de que Alain De Botton no sea un arquitecto fue lo que me impulsó a leer este libro como una introducción a esta disciplina. Parte de la premisa de que “la belleza es la promesa de la felicidad” y, por ende, así como existen distintas interpretaciones de la felicidad, también las hay de la belleza. Tiene sentido. También tiene sentido su idea de que reflejamos nuestras propias cualidades en los objetos que creamos y percibimos. Así es, podemos admirar un edificio porque, inconscientemente, creemos que es honesto, tranquilo y paciente, tal y como queremos ser nosotros mismos. Por lo tanto, la tesis del autor es que la arquitectura nos susurra nuestras más puras cualidades y nos recuerda nuestro máximo potencial moral. Así, aunque no tenga la última palabra sobre nuestras decisiones, siempre tiende a mostrarnos el camino de la belleza… el camino de la felicidad.

Para mí, la forma en la que los arquitectos buscan la felicidad con la arquitectura tiene mucho que ver con lo que establece De Botton, pero no se queda ahí. Hoy, durante la inducción a la universidad, el director de carrera nos comentó que, para bien o para mal, la arquitectura es una carrera que despierta pasión. Lo entiendo perfectamente y creo que esto es porque no hay respuestas buenas o malas, no hay blanco o negro, sólo matices grises. En la arquitectura hay un sinfín de soluciones para un problema y, como el arte, la verdad es algo confuso y misterioso, que siempre tienes que seguir buscando. Eso, para mí, es lo que hace tan interesante y enriquecedora la profesión. El buscar las respuestas es lo que brinda tantas angustias, pero al mismo tiempo felicidad, para los arquitectos.

Por último, comparto cuatro cualidades que el director de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño, nos dijo (las menciono en inglés para citar directamente sus palabras): love, hardwork, patience, truth. Amor, por lo que uno hace, arduo trabajo, para dar lo mejor de uno mismo en cada proyecto emprendido; paciencia, para creer en que ese trabajo valdrá la pena; y verdad, para tratar toda una vida de encontrarla.

Gracias Wikipedia por el dato de que The Architecture of Happiness aparece en 500 Days of Summer como el favorito del protagonista. Y yo también lo recomiendo ampliamente.

Una promesa

Empiezo este experimento a una semana de entrar oficialmente a la universidad. Realmente no sé en qué se podrá convertir, pero me puse a pensar que si ya existen tantas tonterías escritas, vale la pena intentar expresar ideas sobre una de mis pasiones: la arquitectura. He investigado sobre ya existentes blogs de arquitectura y resulta que existen unos realmente buenos, útiles e inteligentes. No sé si a esta altura puedo prometer lo mismo de este blog, pero la verdad es que haré mi mejor esfuerzo por
documentar lo más importante de los conocimientos que vaya obteniendo. Así también, les prometo (y más importantemente, me prometo a mí misma) investigar arduamente y mantenerme lo más informada posible sobre cosas nuevas e interesantes, porque, aunque esto es un placer para mí, estoy consciente de que implica mucho trabajo. Este no es un blog personal, sino uno amateur (y quién sabe, tal vez algún día se convierta en uno profesional), yo creo que todo lo que hagamos es inherentemente personal, así que tendrán la perspectiva de una persona en busca de recursos para entender la arquitectura. El punto es compartir conocimientos e ideas, pues, al final de cuentas,  ¿de qué más sirven?